Mensaje de cuaresma día 12. domingo 28.02.2021
Antífona: Mi corazón me habla de ti diciendo: "Busca su rostro". Tu faz estoy buscando, Señor; no me escondas tu rostro.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: que la Gracia del Espíritu Santo inunde sus corazones y los transfigure. Así sea.
En la primera lectura del libro del Génesis, habla de la fe de un hombre que supo escuchar a Dios y confiar en él. Examinando un poco antes de esta cita el texto, nos encontramos a Abraham, un hombre a quien en su ancianidad, Dios le pide salir de su casa y de su patria, y promete una gran descendencia; como las estrellas del cielo, como la arena del mar. El Señor cumple su palabra, y ya en esta lectura del día, en Génesis: 22, 1-2. 9-13.15-18, se nos narra cómo Abraham demostró su inquebrantable fe en Dios al no dudar en su palabra. Y así nos pide a nosotros confiar en ella en momentos complicados de nuestra vida, cuando para probar nuestra fe, por ejemplo: no le concede la salud a un familiar, cuando no nos concede el hijo que tanto añoramos en el matrimonio, cuando pasamos por momentos económicos difíciles, etc.
Y todo esto nos liga con la segunda lectura de la carta de Pablo nos alienta tomar en cuenta que Dios siempre está con nosotros en: 8, 31-34, en donde nos dice: "Hermanos: Si Dios está a nuestro favor, ¿quién estará en contra nuestra? El que no nos escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no va a estar dispuesto a dárnoslo todo, junto con su Hijo?
¿Quién acusará a los elegidos de Dios? Si Dios mismo es quien los perdona, ¿quién será el que los condene? ¿Acaso Jesucristo, que murió, resucitó y está a la derecha de Dios para interceder por nosotros? Palabra de Dios. Te alabamos, Señor.
Y por último, en el evangelio san Marcos: 9, 2-10, celebramos la transfiguración del Señor, la palabra TRANSFIGURACIÓN significa que Dios desde el principio nos ha dado una figura, pues nos dice en Génesis 1, 27 que nos ha hecho "a imagen y semejanza de Dios", pero después, con el pecado, esa figura se desfigura y San Pablo nos dice que nosotros debemos configurarnos con Cristo, el hombre perfecto y esto significa aceptarlo a Él, cumplir con lo que nos manda para ser verdaderos Hijos de Dios mientras estemos en esta tierra, pero con fines de que cuando estemos en el cielo nos transfiguremos en Él. Los Evangelios nos narran como Jesús hacía muchos milagros a la orilla del lago o a nivel del mar, pero a medida que va subiendo de altitud, se va reduciendo el numero de sus seguidores, al grado que cuando va a este monte a orar, solo va con 3 de sus apóstoles, y aquí la pregunta es: ¿De cuales seguidores eres tu?, ¿de los del montón?, ¿de esos que solo quieren a Dios por sus milagros?, o ¿de los que lo adoran y aman con todo el corazón?
Que la Santísima Virgen María nos ayude a tener verdadera fe en Dios Padre como la que tuvo Abraham, seguir a Cristo como camino único a la Transfiguración y que a imitación suya, seamos sensibles a la presencia del Espíritu Santo en nuestra vida. Amén.