sábado, 26 de marzo de 2022

Sábado III de cuaresma: "Soy la nada que TÚ Amas"

 

Cuaresma: "Iesu, mitis et humilis corde, fac cor meum sicut tuum". "Jesús, manso y humilde de corazón. haz mi corazón semejante al tuyo" Mt. 11,29.
Sábado III de cuaresma: "Soy la nada que TÚ Amas"


Del santo Evangelio Según San Lucas: 18,9-14

Estamos en la era del menor esfuerzo, en donde sufrir y sacrificarse solo tienen sentido, solo se justifican, si logras tus objetivos: éxito, dinero, poder. Aplica la frase maquiavélica: "el fin justifica los medios", es decir, corrompe, pisotea y explota a tus trabajadores, difama a tus jefes para conseguir su puesto en tu trabajo. No necesitas a Dios, confía en ti mismo, es la clave. No cargues en tu espalda problemas que no te corresponden, y "expertos" te aconsejan, por ejemplo: "Fulanita: pide el divorcio, porque tú no tienes necesidad de seguir con un hombre alcohólico" o "Manganito: deja a tu mujer porque ella siempre vive desaseada, sucia, nunca se arregla" o "Perenganito, No le des dinero a "este" del semáforo, seguro que se lo gastará en alcohol o drogas" o "¿Para qué vas a Misa si todos van a criticar y solo pierdes tiempo que podrías pasar con tu familia?


    Entonces muchos quieren a un "dios" a su medida; que solo les conceda abundancia, bendiciones, buena vibra, que alinee sus chacras, que con un rito de caracoles prehispánicos les conceda salud, dinero y amor, etc. 


Por eso en el evangelio de hoy, Cristo cuenta una historia en la que nos enseña que el sufrimiento y los sacrificios solo tienen sentido si están unidos a una vida donde se practique la misericordia. Porque dice: "yo les aseguro que éste (el publicano pecador humillado),  bajó a su casa justificado y aquél (el fariseo soberbio) no; porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido".


    Cristo vivió siempre lleno de sacrificios, sus apóstoles sufrieron al predicar el evangelio y, hasta nuestros días, hay muchos santos y santas mártires. A algunos los conocemos porque fueron declarados oficialmente por la iglesia, pero hay muchos más que ni conocemos (El que muere y Dios lo recibe directamente en el cielo, es Santo, porque nada impuro entra al cielo).

  • San Francisco de asís, que vivió en voto de pobreza extrema. 
  • De Ganxhe Agnes Bojaxhiu, mejor conocida como la Madre, Santa Teresa de Calcula (que entregó su vida a Dios, consagrándose a la pobreza y al sufrimiento por y con más pobres).
  • De Alejandro García-Durán de Lara, mejor conocido como "el Padre Chinchachoma", que dedicó 30 años, en México a sacar adelante a los niños de a calle, para darles; alimento, comida, educación y alejarlos de lo vicios.

    A ver, esto lejos está de ser comunismo (aujteridá republicana, como dije ya jabej quien), esta es la vida ejemplar de algunas pocas personas que escucharon en serio el llamado de Cristo: "Si alguno quiere venir en pos de mí, niéguese a sí mismo, tome su cruz y sígame" (Mt. 16,24). Sin embargo, la gente de la que hablamos al principio, ha actuado como el fariseo, ha rechazado siempre estos actos de perfecta misericordia, diciendo que son solo un culto al sufrimiento, que están locos y que no puede ser posible tanto amor.  

Bueno, pues después de escuchar durante años esta parábola y de ubicarte siempre en el lugar del publicano, ahora pregúntate: 

  • ¿Qué tanto me parezco al fariseo? 
  • ¿Si me comparo con los más pobres, qué privilegios tengo?
  • ¿Qué tanto tiempo, dinero y esfuerzo comprometo cuando ofrezco obras de caridad?
  • ¿Cuantos días podría pasar sin tener mis privilegios, los que Dios me ha dado?
  • ¿Estoy dispuesto a renunciar a mis privilegios? 

    Si sales aprobado de este examen de conciencia felicidades, porque yo no. Porque a ver: Sí, puedo ofrecerte mi casa, mi comida, alguna ropa (si te queda), pero no sé hasta qué punto podría adaptarme a una vida abrazando, por decisión propia, la pobreza. Porque cuando Cristo habla de pobreza es literal e integral, es decir, pobres de espíritu y pobres sin bienes materiales. 


El Padre Chinchachoma decía: "Todos pedimos a Dios puras pendejadas; que dame esto, que dame aquello, pero nadie le pide la Cruz. Pídele la cruz y ya verás, Yo sí se la pido. Soy la nada que Tú amas y lo que tu quieres, yo quiero".


Si tú tampoco eres capaz de esto, pidámosle a María, Madre de Dios, que sea nuestro modelo de pobreza, humildad, humillación y gratitud a Dios: que nos haga más sensibles al desperdicio, a tomar acción de las necesidades físicas y espirituales de los más pobres y a aprovechar nuestros talentos. Amén



II DOMINGO DE RESURRECCIÓN: "LA DIVINA MISERICORDÍA"

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