ADVENITUS REDEMPTORIS. "y EL VERBO de hizo carne y habitó entre nosotros..." Jn 1, 14.
Miércoles III de Adviento: "No hay DIOS tan Grande como Tú"
Del santo Evangelio según san Lucas: 7,19-23
Como ya reflexionamos anteriormente (lunes II Adviento), en este tiempo de Adviento, es el Profeta Isaías quien lleva "la pauta, la voz cantante", y hoy, desde la primera lectura, Dios todopoderoso manifiesta su grandeza y su poder: "Yo soy el Señor y no hay otro", y revela que todo lo que vemos y no vemos, lo que esté a nuestro alcance y lo que no, "POR ÉL ES". Y es esto mismo lo que nos manifiesta Cristo Dios en el evangelio, cuando le preguntan los enviados de Juan el Bautista: "¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?", y Nuestro Señor, responde contundentemente después de haber hecho muchos milagros; "Vayan a contarle a Juan lo que han visto y oído".
Todo para demostrar que Cristo es verdadero Dios y verdadero Hombre, que esta naturaleza es indivisible, es decir, que es un MISTERIO, que tu y yo no podemos definir dónde termina la parte divina y dónde comienza la humana, y en fin, que "Jesús se acercó a ellos y les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra." Mt. 28, 18.
En este tiempo de Adviento, estamos preparando nuestro corazón para celebrar el 25 de diciembre, que Cristo Nuestro Dios y Señor, por misericordia de Dios Padre y por la Acción de Dios Espíritu Santo, se ha encarnado en la criatura más bella, perfecta, sin mancha, mujer que aceptó que la voluntad de Dios se hiciera en ella al decir: FIAT= HÁGASE. Abriendo con esto el camino para que toda persona tenga acceso a la misericordia de Dios, a la Vida Eterna. Acércate pues a María Santísima en estos últimos días su embarazo verás que maravilla, que gozo es gozar de su compañía.
Bendita sea tu pureza
y eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea
en tan graciosa belleza.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada, María,
te ofrezco en este día
alma, vida y corazón.
¡Mírame con compasión!