Invoqué al Señor, y él escuchó mi voz...

Mensaje de cuaresma día 02. jueves 18.02.2021

Invoqué al Señor, y él escuchó mi voz; me libró de los que me atacaban. Encomienda al Señor lo te que agobia y él te sustentará.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: que la paz de Cristo esté siempre en sus corazones y que el Espíritu Santo los llene de gracia para recibir y vivir plenamente la palabra de Dios, Nuestro Padre.

En este jueves 17 de febrero la primera lectura de la Misa "Dt 30, 15-20", nos invita y advierte a que, una vez habiendo tomado la ceniza como signo de arrepentimiento de corazón, sigamos por el camino que nos ha marcado, porque él nos ha dado los dos regalos más importantes: la vida y la libertad:

• La Vida: la más importante razón por la que hemos sido creados, es para alabar a Dios, lo dice Isaías 43, 21 "el pueblo que yo me he formado cantará mis alabanzas" y en Hebreos 13,15 dice "Ofrezcamos sin cesar, por medio de Él (Cristo) a Dios un sacrificio de alabanza, es decir, el fruto de los labios que celebran su nombre". Por lo tanto, debemos valorar y defender nuestra vida, así como la vida de toda persona desde su concepción hasta su muerte natural.
• La Libertad, porque Dios no creó máquinas, sino personas sensibles y pensantes, capaces de tomar decisiones de manera independiente.

Todo esto porque Dios, nos hará tomar una decisión muy importante "Mira, hoy pongo delante de ti la vida y el bien o la muerte y el mal" y de esta decisión depende cómo será nuestra vida; Si optamos por al vida y el bien el Señor nos bendecirá, pero si optamos por la muerte y el mal, "si te postras alabando a otros dioses extranjeros, yo te anuncio hoy que perecerás sin remedio". Esta sentencia es dura, pero Dios es omnipotente y nadie escapa de su misericordia y su justicia.

Unido a este texto de Isaías, está el Evangelio Lucas 9, 22-25, Jesucristo es enfático  y radical al anunciar "Si alguno quiere acompañarme, que no se busque a sí mismo, que tome su cruz de cada día y me siga. Pues el que quiera conservar para sí mismo su vida, la perderá; pero el que la pierda por mi causa, ése la encontrará.", este "tome su cruz de cada día", quiere decir nuestra vida misma, los júbilos y derrotas, las tristezas y alegrías, porque si lo hacemos así, al final tendremos el premio que nos ha prometido, que es el privilegio de la vida eterna dirigiéndole alabanzas. porque "¿de qué le sirve al hombre ganar todo el mundo, si se pierde a sí mismo o se destruye?".

Pidamos a la Santísima Virgen de Guadalupe que nos acompañe siempre y nos mantenga firmes en a fe, para decidir siempre "la vida y el bien"

Dulce Madre, no te alejes, tu vista de nosotros no apartes, ven con nosotros a todas partes y solos nunca nos dejes, ya que nos proteges tanto, como verdadera Madre, haz que nos bendiga El Padre, El Hijo y el Espíritu Santo. Amén

Tú, Señor te compadeces de todos... porque tú eres El Señor, nuestro Dios.

Mensaje de cuaresma día 01. miércoles de ceniza 17.02.2021

Tú, Señor te compadeces de todos y no aborreces nada de lo que has creado, aparentas no ver los pecados de los hombres, para darles ocasión de arrepentirse, porque tú eres el Señor, nuestro Dios.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo:

Hoy, miércoles 17 de febrero comenzamos este camino de preparación a la Fiesta de la Pascua de Nuestro Señor Jesucristo con un acto penitencial visible, que es la imposición de la ceniza. Que este acto nos sirva también como envío en esta nueva modalidad ser y hacer misión.

Las Lecturas del día nos presentan varios aspectos que estamos llamados a considerar para tener un inicio provechoso. 

En la primera lectura Jl 2: 12-18. el profeta Joel se dirige al pueblo de Israel y ahora a nosotros con estas palabras: "Así dice el Señor: convertíos a mí de todo corazón con ayuno, con llanto, con luto", donde nos invita a reconocernos pecadores, que hemos fallado, que tenemos vicios, en fin, que tenemos cosas por superar y que seremos capaces de hacerlo si reconocemos su grandeza y esperamos con fe, recibir su misericordia "de todo corazón", y agrega el profeta: «Convertíos al Señor, Dios vuestro, porque es compasivo y misericordioso, lento a la cólera, rico en piedad; y se arrepiente de las amenazas». La conversión al Señor es posible por la ‘gracia, con la cual ponemos de luto, es decir, rasgamos nuestro corazón y no nuestras vestiduras como lo hacen los hipócritas. 

La segunda lectura: 2Cor 5,20-6,2 es una invitación del apóstol San Pablo de que "en el Nombre de Cristo, les pedimos que se reconcilien con Dios", es decir, con el prójimo, es decir, unos con otros: sí con el que nos cae bien, pero muy en especialmente con el que tenemos resentimientos, egoísmos, delirios de superioridad, y que comencemos esto liberados de esas cargas, porque "al que nunca cometió pecado, Dios lo hizo (pecado) por nosotros, para que juntos a Él, recibamos la salvación de Dios y nos volvamos justos y santos.

En la lectura del Santo Evangelio Mateo 6, 1-6. 16-18. El la cual el Señor nos invita a practicar:

• La limosna; es decir, abrir los ojos, los oídos y nuestro corazón arrepentido para ayudar al que no tiene; al que no tiene dinero, al que le falta amor, al huérfano, a la viuda, al migrante, al que le falta justicia, a las mujeres violadas y maltratadas, a las madres abandonadas, en fin, a toda la gente, especialmente a los marginados, pero no para levantarse el cuello, no hipócritamente.
• La oración; Como un medio a través del cual nos comunicamos con Dios, lo escuchamos, recibimos su misericordia y su gracia que nos fortalecen en este caminar cuaresmal.
• El Ayuno; como una práctica que realmente fortalezca y endurezca nuestra voluntad ante las tentaciones del pecado. Qué tal si este año vamos más allá de solo dejar de comer carne los viernes, vayamos a nuestras debilidades, qué les parece; ¿dejar de tomar alcohol esta cuaresma?, ¿dejar a un lado la televisión y limpiar el frente de la casa del vecino que no puede?, ¿no comer la comida que tanto te gusta?, ¿dejar de ser chismoso o chismosa?, ¿con las reservas del caso, visitar a un enfermo?, ¿visitar a un preso?, etc. 

 El “nosotros” de la Iglesia es la comunidad en la que Jesús nos reúne (Jn 12,32): la fe es necesariamente eclesial. Y esto es importante recordarlo y vivirlo en este tiempo de cuaresma: 

Que cada uno sea consciente de que el camino penitencial no se afronta en solitario, sino junto a los hermanos y hermanas, en la Iglesia y en el mundo entero. 

Que Santa María de Guadalupe nos acompañe, interceda por nosotros ante su Hijo Jesucristo y que nos sirva como modelo de verdadero misionero.

Bajo tu amparo nos acogemos Santa Madre de Dios, no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien, líbranos  de todo peligro, oh Virgen Gloriosa y bendita. Amén.