Señor, mira mi pequeñez y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.

 Mensaje de cuaresma día 10. viernes 26.02.2021 

Antífona: Sálvame, Señor, de todas mis angustias. Mira mi pequeñez y mis fatigas, y perdona todos mis pecados.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Que Dios, nuestro Padre Santo nos conceda cumplir debidamente las prácticas de preparación a la Pascua, para que la mortificación corporal, a la que solemnemente nos comprometimos, nos sirva a todos para provecho de nuestras almas. Así sea.

En este segundo viernes de cuaresma, en la lectura del libro del profeta Ezequiel 18, 21-28, nos anuncia El Señor "Si el pecador se arrepiente de los pecados cometidos, guarda mis preceptos y practica la rectitud y la justicia, ciertamente vivirá y no morirá; no me acordaré de los delitos que cometió; vivirá a causa de la justicia que practicó". Este es un llamado a enderezar nuestro camino, a renunciar a la maldad que hemos cometido o permitido pudiendo evitarla, y esto activa inmediatamente la misericordia de Dios, cuando dice que si lo hacemos, Él no recordará el mal que hicimos y nos dará la vida, y no cualquier vida, se refiere a la vida en su Gracia.

En la lectura del Evangelio Mateo 5, 20-26; Habla Cristo Jesús, que no ha venido a quitar la ley, sino a darle plenitud, y esto quiere decir no solamente que quiere que la cumplamos, sino que va más allá, porque dice que esta de acuerdo en que si matas, serás condenado, pero agrega que si te enojas con tu hermano o lo insultas, tendrás el mismo final y complementándolo con el verso 25 de la primera lectura, "Y si ustedes dicen: 'No es justo el proceder del Señor', escucha, casa de Israel: ¿Conque es injusto mi proceder? ¿No es más bien el proceder de ustedes el injusto?. 

En este sentido, hay gente que pudiera decir: "lo que estoy robando no es mucho, además, de allí doy la limosna al templo y bien que el cura me la recibe", Un maestro: "hoy no tengo ganas de dar clases, por lo tanto, me reportaré enfermo", "No le diré a mi esposo(a) que esta semana gané más dinero", un obrero "mi patrón no me paga bien, así que sacaré este material", "Tiraré mi basura aquí, que al cabo nadie me ve", "voy a echar una mentirita piadosa", y cómo dice mi mamá, "a cada Santo se le llega su fiestecita", cada uno de nosotros tiene su guardadito que la soberbia y el orgullo impiden ver, pero como nosotros somos "muy buenos", nos confesamos, vamos a Misa y comulgamos, tocamos en el coro, somos misioneros, llegamos a creer que tenemos permiso de Dios de portarnos así.

¿Recuerdan que ayer hablamos de la oración y que al iniciarla debemos dar un
piropo a Dios? Amado Señor, Dulce Padre mío, Padre adorado, pues, si la oración no nos lleva a practicar obras de misericordia con los que necesitan, si no nos lleva a pedir perdón a los que hemos ofendido, si no nos lleva a perdonar a nuestros hermanos, entonces en vano oramos. Debemos tener mucho cuidado de la forma en que tratamos a nuestros semejantes, porque en los versos 24 y 25 del evangelio, Cristo nos dice "Si cuando vas a poner tu ofrenda sobre el altar, te acuerdas allí mismo de que tu hermano tiene alguna queja contra ti, deja tu ofrenda junto al altar y ve primero a reconciliarte con tu hermano, y vuelve luego a presentar tu ofrenda." Sí, es difícil lo que nos pide, pero no puede ser injusto lo que proviene del mayor de los justos.

Señor nuestro, Dios poderoso del universo, te pedimos que nos concedas sabiduría, inteligencia y temor de Dios, para hacer este viernes penitencial un examen de conciencia que abra nuestro corazón acorazado y nos ayude a distinguir a conciencia, las cosas y actitudes que no estamos haciendo bien, que manifestemos arrepentimiento a fin de que la misericordia de Dios inunde nuestro corazón de gracia y que la Santísima Virgen María, la Kejaritomene, nos acompañe en este caminar cuaresmal. Amén