Ten piedad de mí, Señor, líbrame y sálvame de la mano de mis enemigos; Señor, que no quede yo defraudado de haberte invocado!

Mensaje de cuaresma día 38. viernes 26.03.2021 

Ten piedad de mí, Señor, porque estoy en peligro, líbrame y sálvame de la mano de mis enemigos y de aquellos que me persiguen; Señor, que no quede yo defraudado de haberte invocado. 

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Que Dios todopoderoso nos mantenga atentos a su gracia y santidad a través del camino marcado por Cristo. Así sea.

Llegamos al último viernes de la semana V de cuaresma y en la primera lectura Jeremías: 20, 10-13, este profeta, escucha voces de rechazo en su contra: "Yo oía el cuchicheo de la gente que decía: 'Terror por todas partes. Denunciemos a Jeremías, vamos a denunciarlo". A lo largo de la existencia humana, pero sobre todo en estos tiempos, el terrorismo y el miedo han entrado a nuestras vidas de diferentes formas: 

UNO.- Esta terrible pandemia del Covid 19, que nos ha mantenido encerrados en casa.

DOS.- Muchos de nuestros gobernantes; municipales, estatales y federales, que por corruptos, se preocupan más por aprobar el aborto, por autorizar el uso de la mariguana, la asignación de grandes cantidades de dinero a los partidos políticos, sus campañas y candidatos. 

TRES.- Educación y sistema educativo que no prepara ni siquiera básicamente a los alumnos para la vida laboral y mucho menos para emprender un negocio propio. 

CUATRO.- Escenas de secuestro y asesinato de personas y masacres a policías desorganizados, que como equipo tienen resorteras y bicicletas en comparación con el armamento y vehículos de la delincuencia, esa sí, organizada.

CINCO.-La baja de la economía que trae consigo pérdida de empresas y recortes laborales.

SEIS.- El calentamiento global, la contaminación, los terremotos, la capa de ozono, el peligro de que un asteroide choque contra nuestro planeta y acabe con la vida humana.

Así  fue la vida del profeta Jeremías, marcada por el terrorismo y el miedo debido a la incomprensión y dureza del corazón de su pueblo. Este hombre vivió plenamente el primer mandamiento: "amar a Dios sobre todas las cosas". Su fe en Dios lo hizo salir adelante.

Por más fe que tengas, eso no te eximirá, no evitará; burlas, incomprensión, persecución. Tener fe en Cristo es abandonar, es hacer a un lado tus fuerzas, tu voluntad a ESE QUE MURIÓ POR TI Y POR MI y sentir en tu cuerpo y tu espíritu como se derrama su amor, amor que te "llena de gracia", que te santifica durante un instante o mucho tiempo, el tiempo que tú decidas conservarlo.

En el Evangelio Juan: 10, 31-42, Cristo trata de explicar desde el versículo 1 que es verdadero hombre y verdadero Dios y, cuando se hace llamar "Hijo de Dios" pretenden apedrearlo, como le pasó a Jeremías en la primera lectura "Todos los que eran mis amigos espiaban mis pasos, esperaban que tropezara y me cayera", así se va cumpliendo la Palabra de Dios anunciada por este y todos los profetas.

A los fariseos les molesta el hecho de que Cristo diga que es el Hijo de Dios, porque cómo va a ser posible que ellos, con todo y los puestos que ocupan en el Sanedrín, no se sientan Hijo de Dios o no hayan pensado entes en decirlo, en fin, les molestaba escuchar de la relación amorosísima entre Dios Padre y su Hijo. Y, sucede en nuestros tiempos, que hay una prostituta, un homosexual, un drogadicto que han vivido alejados de Dios y que, un día, se levantan con el ánimo de ir a la Iglesia, de presentarse ante Dios, pero en la misma iglesia hay gente con actitudes farisaicas como; prejuicio, discriminación y soberbia, de manera que inhiben, que frenan, que acaban con ese impulso inicial. ¿Cuánta gente ha dejado de ir a la iglesia por una actitud similar tuya o mía?. Dios nos perdone.

Ahora bien, si tú eres esa persona que ha decidido aparecerse en la iglesia después de mucho tiempo, no esperes más, que PARA ESTO ES LA CUARESMA, PARA ESTO ES.... Solo te pido de favor que ignores a este tipo de personas y a mí, y te concentres solamente en tener un encuentro con Cristo, que él te dirá lo que hay que hacer para cumplir la voluntad del Padre.

Mi fortaleza eres tú, Señor, 
Mi fortaleza eres tú, Señor, 
Mi fortaleza eres tú, Señor, 
Mi fortaleza eres túuuu..
Porque tú me has dado la vida
porque tú me dado el existir,
porque tú me has dado cariño
me has dado amor.

ANTE LAS TENTACIONES

Madre querida acógeme en tu regazo, 
cúbreme con tu manto protector y 
con ese dulce cariño que nos tienes 
a tus hijos aleja de mí las trampas del enemigo, 
e intercede intensamente para impedir 
que sus astucias me hagan caer. 

A Ti me confío y en tu intercesión espero. 

Amén.