Cuaresma: "Iesu, mitis et humilis corde, fac cor meum sicut tuum". "Jesús, manso y humilde de corazón. haz mi corazón semejante al tuyo" Mt. 11,29.
Del santo Evangelio según san Lucas: 13, 1-9
Tú, que tratas de tener una vida espiritual promedio, ¿Te ha pasado que cometes un pecado y te remuerde la conciencia, te sientes mal, sucio, impuro, incómodo? Esto se debe a que: "El salario del pecado es la muerte" (Rom 6,23), es rechazar la misericordia de Dios, para hacernos hijos del demonio, "el padre de la mentira". Aunque todos, sin excepción, son pecados y nos llevan a la muerte espiritual.
Es una bendición de Dios, que haya instituido sacerdotes (sí, pecadores como nosotros, pero ungidos por Dios porque le dio la gana elegirlos a ellos), que nos perdonen nuestros pecados, mientras tenemos vida terrenal.
Todo aquel que muere, tiene en ese momento su encuentro personal con Dios, quien determinará:
- Salvación eterna: Porque, además de arrepentirse de sus pecados, confesarlos al sacerdote y ser perdonado, de alguna forma ha reparado el mal que causó, Por lo tanto, Dios ha borrado sus pecados mortales y se va derechito al cielo, En otro reino que "no es de este mundo"
- Purgatorio: Porque se arrepintió, fue perdonado por Dios, pero no alcanzó a confesarse o le faltó reparar los daños de sus pecados. Estará allí por un tiempo, mientras se purifica, pero aun mantiene la esperanza de que algún día llegará al cielo. Por eso es importante rezar por la benditas almas del purgatorio.
- Muerte eterna: Tenía un pecado mortal y no pidió perdón a Dios, ni siquiera directamente. No se arrepintió, sino que persistió en su pecado. Nunca reconoció a Dios como su Dios. Siempre rechazó la presencia der Dios.
Esto no te lo digo para que te asustes, sino para que lo tengas en cuenta. Es como cuando te dicen: "ten cuidado de no caer en la drogas porque terminarás muerto", es un aviso preventivo, pero es de vida o muerte, así también es esto del aviso del pecado mortal. Porque TODOS vamos a morir, nos llegará el día de rendir cuentas a Dios:
- ¿Estas tú preparado para morir hoy?
- ¿Te has arrepentido hoy de los pecados que cometiste?
- ¿los has confesado, al menos directamente a Dios?
- ¿Al menos tienes deseo de no volver a pecar?
- ¿Has reparado o al menos prometido reparar los daños de tus pecados?
- ¿Le has dicho hoy a Dios que lo amas?
Ahora bien, ya sabes que Dios nos juzgará según nuestros pecados, prepárate entonces para tu encuentro con Él. Este tiempo de cuaresma es para que renuncies a seguir siendo hijo del "padre de la mentira", renuncia ya a la comunión con el pecado y a la muerte eterna. Deja ya de ser esa higuera que no da frutos, porque Cristo Dios, el viñador, ha abogado por ti, porque TE AMA y va a aflojar tu tierra y echarte abono, es decir, que está más cerca de ti, con los brazos abiertos, llenos de misericordia. No lo rechaces, porque por esa misericordia, Dios aceptará nuestras obras que le fueron agradables.
Tú, que te crees muy santito, que porque escribes esto ya estás del otro lado, que porque tú le enseñas el Padre Nuestro al cura, que prejuzgas al papa Francisco y hasta le quitas el título de papa y le llamas solo Bergolgio. Tú, que calumnias, mientes, difamas. Arrepiéntete, ten mucho cuidado.
Si cumples todos los mandamientos, si llevas una vida espiritual por encima del promedio, si rechazas tu libertad y te pones en manos de Dios, Si verdaderamente ayudas al prójimo sin esperar nada a cambio: muchas felicidades, porque seguramente sabes que no debes confiarte y no tienes miedo de morir hoy mismo.
Pidámosle a María, la Santa Madre de Dios, que nos acompañe en este caminar para renunciar al "padre de la mentira", a enderezar nuestras torceduras, a pedir perdón a Dios, remendar pecados y que sea nuestra guía para presentarnos humildes y sumisos a la voluntad de Dios. Amén.
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