ADVENITUS REDEMPTORIS. "y EL VERBO de hizo carne y habitó entre nosotros..." Jn 1, 14.
Domingo IV de Adviento: "AVE MARÍA ¡Bendita sois entre las mujeres y bendito el fruto de Vuestro Vientre!
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 39-45
El (domingo II de Adviento) meditamos a Juan, el Bautista, y vemos en la lectura de hoy, que ya desde el seno de santa Isabel, su madre, prima de la Santísima Virgen María, preparaba el camino de El Señor "el niño saltó de gozo en mi seno", es decir: alababa y bendecía ya la presencia de Cristo en el Vientre Virginal de Santa María.
Lo mismo pasa hoy también con Santa Isabel que: "quedó llena del Espíritu Santo y, levantando la voz, exclamó: "¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre!, en este traducción dice "levantando la voz", pero mejores traducciones dicen "Gritando", "con voz potente", es decir que Santa Isabel cuando "Quedó llena del Espíritu Santo", reconoció inmediatamente la presencia de Dios en Santa María.
Entonces, en aquella escena todo era alabanza, emoción, gozo, júbilo de Juan , el bautista y Santa Isabel por la presencia de Dios y la abundancia de Gracia en el Santo Vientre Virginal de Santa María.
Si tu eres pecador y quieres librarte de esta carga, en este domingo IV de Adviento, el evangelio te invita a acercarte a Santa María y nos promete a ti y a mi que si lo hacemos, obtenemos "Gracia" abundante, de la que solo hay en la "LLENA DE GRACIA" y una vez que hemos sido llenos de la GRACIA DE DIOS, saltaremos de júbilo y alabaremos a Dios, pero eso no es todo, porque si en verdad recibimos esta GRACIA, no podemos solo quedarnos quietos, sino que nos debe motivar a la acción, es decir, a compartir nuestros dones y bienes con quienes más lo necesitan: el pobre, el huérfano, la viuda, el enfermo, el migrante, etc. Que así sea.
ORACIÓN A LA VIRGEN MARÍA:Ave MaríaAntífona: Miren: la Virgen concebirá y dará a luz un hijo, a quien le pondrá el nombre de Emmanuel.
Dios te salve María,
llena eres de gracia;
el Señor es contigo,
bendita tú eres entre todas las mujeres,
y bendito es el fruto de tu vientre,
Jesús.
Santa María, Madre de Dios,
ruega por nosotros pecadores,
ahora y en la hora de nuestra muerte.