sábado, 6 de marzo de 2021

El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar!

Mensaje de cuaresma día 18. sábado 06.03.2021


Antífona: El Señor es compasivo y misericordioso, lento para enojarse y generoso para perdonar. Bueno es el Señor para con todos y su amor se extiende a todas sus creaturas.

Queridos hermanos y hermanas en Cristo: Que la misericordia inagotable de El Padre amoroso, descienda sobre nuestros corazones y que durante este tiempo de preparación nos transforme para aprender a adorar al Padre en Espíritu y en Verdad. Así sea.

Estamos ya en el 3er. sábado de la II semana de cuaresma y en la primera lectura Del libro del profeta Miqueas: 7, 14-15. 18-20, el profeta nos recuerda que así sean grandes nuestros pecados o del color que sean, si nos arrepentimos y pedimos perdón, El Señor nos bañará en la Gracia de su misericordia, que es gratuita. De manera que sería conveniente que hicieras un examen de conciencia, un acto de contrición y te dispusieras a recibir esa misericordia mediante el Sacramento de la Reconciliación.


Mientras que en la lectura Del santo Evangelio Según San Lucas: 15,1-3.11-32, el mismo Cristo nos cuenta una de las parábolas más hermosas y más conocidas del Evangelio. La parábola del "hijo pródigo" o del "hijo mayor" o del "padre Misericordioso":

  • Por una parte el hijo menor, que cansado de las "exigencias" de su Padre le pide su parte de la herencia, se va y la malgasta hasta el punto de comer la comida de los cerdos. Reflexiona  y recuerda que los trabajadores y los criados de su Padre tienen mejor lugar en donde vivir y mejor comida y decide volver a casa. Hasta pensó en un discurso "Padre, he pecado contra el cielo y contra ti, no merezco llamarme tu hijo, trátame como al último de tus criados".
Imagina por un momento como vestía y a qué olía este personaje; con la misma ropa desde hace no se cuantos días, la ropa en la Biblia es la manera de hablar de quién soy yo para otras personas. Este hombre comía entre los cerdos, como cuando estás entre personas que se conforman con lo poco que les dan sus dioses del dinero, del placer y del poder. Se conformaba con las bellotas que comía; como los que que les da lo mismo ir a Misa que no ir, que se conforman con la pobre comida chatarra; de los horóscopos, de la lectura de cartas, de la brujería, del mantra, de las "buenas vibras", de los decretos, que tu podrías decir, pero sabe buena la comida chatarra, pues a esí son las bellotas, pero, o engordas por exceso de calorías, grasas, sal y azúcar, o adelgazas por las enfermedades que causan.   
  • Del otro lado de la moneda, el hijo mayor, que como esta cerca de su Padre y que trabaja duro, lo ve como un negocio a largo plazo y piensa que merece todo, se siente irreprochable ante el Padre.
No se puede encontrar con la misericordia aquel que cree merecerlo todo, aquel orgulloso y soberbio. El encuentro con la misericordia parte del hecho de sentirse indigno. Como decía San Juan Pablo II, "si se pierde el sentido del pecado, se pierde el sentido de la gracia". Este hijo era como los que "sirven" a la iglesia; como los que dan temas de cuaresma, como los que tocan en Misa, como los que se confiesan, van a Misa todos los domingos y comulgan pero salen criticando qué los demás no hacen lo mismo.  
  • Por último, el Padre misericordioso, que ama sin medida y por igual y sus dos hijos: Con el primero se siente triste, a tal grado que todos los días espera su regreso. Sale también al encuentro del segundo cuando se entera que no quiere entrar a la fiesta de su hermano y perdonando sus reclamos, lo invita a participar.

Ahora bien, el Padre tuvo misericordia de su Hijo menor, pero también es justo y no permitiría un hijo inservible en su casa. Si nos fijamos bien, el Padre le puso sandalias en sus pies, signo de que seguiría solo los pasos que el Padre le indicara, luego una túnica blanca, es decir, perdonó a su hijo arrepentido y por último, el Padre le puso un anillo en el dedo, esto es símbolo del compromiso por ser recibido en casa. 

Estos tres regalos del Padre misericordioso son los que recibimos tu y yo cada vez que acudimos al Sacramento de la Reconciliación: Son también el boleto de entrada para disfrutar del Gran Banquete de la Eucaristía y representa un paso hacia adelante, en este peregrinar de nuestra vida hacia la vida eterna en la presencia de Dios. 

Padre todopoderoso, tan ancho que no puedo estar afuera de Él, que tu oído misericordioso esté abierto a la oración de quienes te suplicamos, y, para que recibamos lo que deseamos, concédenos pedir lo que te agrada. Amén.
 

Oh Virgen santísima,Madre de Dios,
Madre de Cristo,
Madre de la Iglesia,
míranos clemente en esta hora. 
Amén

 

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