Mensaje de cuaresma día 11. sábado 27.02.2021
Antífona: La ley del Señor es perfecta y reconforta los corazones; el testimonio del Señor es veraz y vuelve sabios a los sencillos.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo; que El Padre eterno convierta nuestros corazones, que nos conceda la Gracia de amarlo por encima de todo y de todos y nos conceda permanecer dedicados a sus servicio. Así sea.
Estamos en el II sábado de cuaresma, la primera lectura sacada del libro que significa "La Segunda Ley", es decir; Deuteronomio 26, 16-19. en donde El Señor, a través de Moisés habla al pueblo en el que anuncia que Él será su Dios y ellos su pueblo, pero los condiciona añadiendo que solo si cumplen sus mandamientos. Es de sentido común que si queremos formar parte del Reino de Dios, entonces debemos regirnos por la Ley de Dios, pero El Señor añade más cuando dice en el verso 26-b:"... y ponlos en práctica con todo tu corazón y toda tu alma".
Por ejemplo: Tu no estás acostumbrado a ir a Misa por lo menos los domingos, pues un día te decides a ir, pero te encuentras con un sacerdote que casi no se le entiende lo que dice y hace larguísimo el sermón, con un tal Miguelón, que toca la Misa bien desafinado y canta igual, un señor con camisa resacada, chanclas y bermudas, una chica con minifalda y escote, en fin, que tu terminas por distraerte con todo esto o sacas tu celular. Es verdad, todo esto pasa en una Misa, pero teniendo en consideración esta reflexión; ¿Podrías tu hacer un esfuerzo más allá que el de costumbre para permanecer atento y participar con TODO TU CORAZÓN Y TU ALMA en la Santa Misa? Si lo haces así, yo te aseguro que pronto descubrirás el significado y gran valor que tiene para tu vida diaria que tú asistas a Misa, al menos los domingos. "Haz la prueba y verás qué bueno es el Señor": Salmo 33.
Ahora bien en La Lectura del Santo Evangelio Mateo 5, 43-48, Jesús pronuncia lo que se conoce como el sermón de la montaña, comienza con las bienaventuranzas, continúa llamándonos a ser sal y luz del mundo, después de pedirnos ir más allá del no matarás que reflexionamos ayer; llega a estos versos, en donde también va más allá y NO NOS PIDE, sino que NOS MANDA: "PERDONA A TU ENEMIGO": A ver, sí podemos decir que perdonamos al que nos dijo; llego a las 5pm y llegó hasta las 6pm, mañana te pago, no tenía señal, se me acabó la pila, me enfermé y no pude ir, etc. Pero aclarando amanece, esto que pide abarca a TODO enemigo, a TODO el que nos ofendió; hay ofensas y enemigos que son difíciles de perdonar: un violador de niñ@s, el abandono de los hijos del padre o de la madre, o de un hijo a lo padres, el asesino de un familiar, una infidelidad, los que secuestran jovencitas para prostituirlas, los gobernantes: que dejan de dar medicamento a niños con cáncer, que gobiernan desde otro lugar, que se roban el dinero de los impuestos. Ante esto, podrías clamar a Dios y decirle: "¿cómo de parte de quien o porqué?, está clarísimo, esto no lo puedes perdonar por ti mismo, por ti misma, por decisión propia, sino solamente confiando en Aquél que tiene el poder para hacerte capaz de perdonar a tu enemigo.
Sí, hay gente que te ha hecho mucho o demasiado daño, que de solo pensar en eso que te hizo sientes: dolor, tristeza, te hierve la sangre, ganas de matar, enojo, furia, deseos de venganza, que incluso terminan con tu fe en Dios Padre, y cuestionas ¿Cómo y porque fue posible que lo permitieras?,¿Porqué le va bien a él o ella? y te sorprende más su respuesta, "porque TE AMO, pero también lo amo a él", o como dice en el verso 45-b "... que hace salir su sol sobre los buenos y los malos, y manda su lluvia sobre los justos y los injustos". porque quiere que libremente se arrepientan de lo que te hicieron.
Ahora bien, mira a Dios Padre como permitió que su propio y único hijo fuera calumniado, flagelado, coronado con espinas, como fue sentenciado a morir en la cruz, desnudo y a la vista de todos, y podrás contestar: "Sí, pero Él es Dios y yo no", ok, pero es que también había allí alguien que es persona como tu y como yo. Sí, la Virgen María, y yo te aseguro que con todo lo que has sufrido, que es demasiado, ninguno de nosotros tiene la menor idea de lo que ella sufrió. Qué hizo para soportar esto y qué puedes hacer tu; No rechaces a Dios, sino clama, reclama a Dios: inicia de una vez este proceso tuyo de sanación, pide, busca y toca, pon en sus manos tu corazón, tu alma destrozada, dile: ¡Señor Mío, yo no soy capaz de perdonar!, y Él Señor hará en ti un gran milagro, Él mismo pondrá su amor, su corazón, en tu corazón necesitado y, así como lo hizo la Virgen María, sin saber como, vas a decir: "TE PERDONO" y serás como dice el verso 48 "...sean pues perfectos, como su Padre celestial es perfecto.
Pidamos a la Santísima Virgen María, que nos acompañe en este proceso doloroso para verdaderamente perdonar a nuestros enemigos. Amén.