Mensaje de cuaresma día 25. sábado 13.03.2021
Antífona: Bendice, alma mía, al Señor, y no te olvides de sus beneficios, pues él perdona todas tus culpas.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: que mediante estas prácticas cuaresmales, El Señor mantenga nuestros corazones a la luz del Espíritu Santo.
Es el 4to Sábado, III semana de cuaresma y en la primera lectura del profeta Oseas: 6, 1-6, a través del profeta, El Señor nos dice algo raro: "Por eso los he azotado por medio de los profetas y les he dado muerte con mis palabras, Porque yo quiero misericordia y no sacrificios". Y podemos cuestionar ¿Cómo es que Dios nos pide misericordia, pero habla de azotar y dar muerte?, pero antes de juzgar a Dios veamos que en este texto en especial, la palabra misericordia no es de fácil traducción. Esta es la famosa "JÉSED" que quiere decir algo así como; lealtad, fidelidad, piedad y gracia, e indica un "Habitat" o atmósfera de entendimiento en el amor, es decir, los que están cerca, en comunión.
Si cambiamos la palabra, tenemos entonces que cuando Dios dice: "JÉSED" quiero y no sacrificios", se refiere a nuestra conversión y encuentro con Él, pues a lo largo del Antiguo testamento los sacrificios son una forma de establecer un pacto, un convenio con Dios. En nuestro tiempo sería algo así como lo que le prometimos a Dios al iniciar la cuaresma, Dios es fiel al pacto, pero ¿y tú, qué tal vas con eso?,¿has cumplido o nada bien?, ¿estás de flojo, de webón, porque no firmaste ningún pacto?, pues para nuestro beneficio, este JÉSED va acompañado de conocimiento = "DA-AHT" que alude a "Estar despierto, darse cuenta, abrirlos ojos", y para esto es la cuaresma. Aun estás a tiempo, firma ya tu pacto porque Cristo te espera hoy con los brazos abiertos.
El Evangelio de hoy, Lucas: 18, 9-14, nos habla de un fariseo que sabiendo= "DA-AHT" no aplica, y de un publicano que no sabiendo, sí aplica este "JÉSED", esta cercanía, este encuentro verdadero con Dios, y sigue diciendo: "porque todo el que se enaltece será humillado y el que se humilla será enaltecido". El fariseo que habla de si mismo, pero habla verdades a medias, porque dice lo que sí cumple y se siente orgulloso, pero no dice lo que no cumple. En cambio el publicano en el momento en que se declara miserable y pecador a los pies de Él Señor, es inmediatamente rescatado por su mano poderosa.
¿Y de esto qué sacamos?, Analiza esto; aunque el sol sale y se pone diariamente por el mismo lugar, nunca ilumina lo mismo: sale un día y está nublado y lluvioso, otro más y derrite la escarcha de la noche fresca; sale otro día y provoca calor; el árbol que al iluminó ayer, hoy fue podado; tu casa que ayer estaba sucia, hoy esta limpia; ayer pasaste tú, hoy pasé yo. Cosa parecida pasa contigo y conmigo: tu eres mujer y yo soy hombre, tu más inteligente y yo simpático; tu guapa y yo simpático; total, no somos iguales (ataques feministas en 3, 2, 1); si es entre hombres; tu le vas al América y yo soy Chivas de corazón (vamos a ganar el domingo). En escencia, si tu mismo o tu misma no eres igual un día y el otro, ¿Cómo quieres que todos seamos como tú, si muestras lo bueno y ocultas lo malo? ¿no crees que sería mejor que cada uno, con lo que ha recibido se ponga al servicio de los demás? abandona esas conductas farisaicas, estás a tiempo.
Y si estás de capa caída como el publicano, no hagas caso de los fariseos y ten por seguro que de solo ver tu JÉSED, El Padre bueno ya te ha perdonado, porque Cristo ha dado su vida por ti y por mi.
Te adoramos, Padre Bueno, Señor del cielo y de la tierra, porque ocultas estas cosas a los sabios y entendidos y los revelas a los pobres de corazón, vuelve nuestros corazones a ti, para seguir recibiendo y sobre todo, poniendo en práctica tus mandatos. Amén.