Mensaje de cuaresma día 28. martes 16.03.2021
Antífona: Todos ustedes, los que tienen sed, vengan por agua, dice el Señor; y los que no tienen dinero, vengan y beban con alegría.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: pidamos a Dios que limpie nuestros corazones con su agua clara para que limpie nuestra agua turbia. Así sea.
Estamos ya en el 4to lunes de la cuarta semana de cuaresma y en la primera lectura Del libro del profeta Ezequiel: 47, 1-9. 12, nos cuenta una historia de un milagro imposible, sanear el Mar Muerto. Hay varios factores por los que el mar es así: 1) Se encuentra cientos de metros por debajo del nivel del Mar Mediterráneo, 2) Es "alimentado" por las aguas del Río Jordán, con alto contenido de sales minerales y 3) No tiene desembocadura, es decir, sus aguas no tienen a dónde salir, así que, la única forma de hacerlo es por vaporización. Todo esto impide la vida de cualquier tipo de vida.
Encontramos entonces que un procedimiento sencillo para salar agua, es posible y accesible, pero no hay un procedimiento sencillo para quitarle lo salado y hacerla potable, útil para consumo humano. Esto lo están comenzando a hacer en Dubai, pero es caro y complejo.
Y he aquí lo contradictorio; el agua sucia ensucia el agua limpia, pero ¿qué crees? Dios lo prometió y así sucedió, "crecerán árboles frutales de toda especie, de follaje perenne e inagotables frutos. Darán frutos nuevos cada mes", y aquí viene lo extraordinario. Si Dios revivió esta agua muerta, ¿No lo podrá hacer con tu vida y con la mía, que han acumulado la sal mortífera del pecado formando pozos de muerte?
A cerca del Evangelio de hoy Juan: 5, 1-3. 5-16, el agua también tiene un papel importante en lo que conocemos como el milagro del paralítico de Betesda. Enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, esperaban a que las aguas se revolvieran para meterse y solamente el primero en hacerlo quedaba curado. Esta forma de "sanación" es injusta, porque finalmente implica que se cure el que está más sano, porque tiene mejores condiciones que otros para ganarles la carrera, meterse y quedar curado. En estos tiempos diríamos que si pedimos un préstamo al banco, la respuesta es: "Te presto el dinero si me compruebas que no lo necesitas".
Pero Cristo lo hace de otra manera, Él esta siempre atento a los últimos, a los relegados, a los que tu y yo les decimos "después, en otra vez", los invisibles. Pues a uno de estos últimos eligió, lo sanó y le ordenó, "Toma tu camilla y anda", curó su enfermedad, pero va más allá y observa su espíritu, también enfermo, lo consuela, perdona y redime: "No peques más, no sea que te vaya a suceder algo peor".
¿Qué significa eso de "toma tu camilla y anda"?, podemos analizarlo 3 enfoques de la camilla:
PRIMERO: Llevaba 38 años enfermo, con lo cual podríamos decir que lo conocía todo mundo y el hecho de ser visto cargando su propia camilla es dar un testimonio. Porque es a través del testimonio, más que por palabras, como manifiestas:¡Esto ha hecho por mi El Señor!
SEGUNDO: La camilla representa tu pasado, es decir, que debes recordar de donde vienes. De que pecados, de que sufrimientos, de qué heridas te ha librado El Señor.
TERCERO: Cargar con tu camilla es dar oportunidad de servicio, pues esa camilla ya no te sirve a ti, pero puedes prestársela a alguien que la necesite, es decir: "¡Que cada uno, con lo que ha recibido, se ponga al servicio de los demás, los dones no son para esconderlos sino para el servicio están!"
Purifica, Señor, en tu bondad, nuestro espíritu, y renuévalo con tus sacramentos celestiales, para que de la misma manera alcancemos, también para nuestro cuerpo, los auxilios presentes y futuros. Amén.
Bendita sea tu purezay eternamente lo sea,
pues todo un Dios se recrea,
en tan graciosa belleza.
A Ti celestial princesa,
Virgen Sagrada María,
te ofrezco en este día,
alma vida y corazón.
Mírame con compasión,
no me dejes, Madre mía.
Amén.