ADVENITUS REDEMPTORIS. "y EL VERBO de hizo carne y habitó entre nosotros..." Jn 1, 14.
Queridos hermanos misioneros:
El Amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado, quiero compartir con ustedes una breve reflexión diaria a cerca del evangelio correspondiente del día en este tiempo de adviento. Yo tengo por objetivo preparar nuestros corazones para la Navidad, pero pongo estos pequeños esfuerzos en manos del Espíritu Santo y confío en que Él los ministrará como mejor convenga, por lo tanto, si encuentran errores, son míos, pero si encuentran aciertos, son por su providencia y por su gracia.
Domingo I de Adviento: ¿espera o esperanza?
Del santo Evangelio según san Lucas: 21, 25-28. 34-36.
Espera y esperanza, son dos palabras que podríamos decir que son sinónimos, pero no es así, hay una gran diferencia entre ellas:
- Espera: es un tiempo estático, infructuoso, que sientes gastado, perdido, como cuando estas enfermo y vas al médico y te pasan a una sala de "espera" donde sacas tu celular y lo miras hasta que llega tu turno.
- Esperanza: es un tiempo en movimiento, que te mantiene alerta, al pendiente, teniendo mucho cuidado, así como cuando una madre está embarazada y esta esperando a su bebe. Dentro de ella se esta gestando una vida nueva, has explosiones, como cuando inició el universo, ella no sabe cómo sucede, pero su cuerpo esta teniendo cambios físicos, psicológicos, etc. para adaptarse a la gestación de este nuevo ser Humano.
El tiempo de adviento, es un tiempo de esperanza, que en este domingo el evangelio nos invita a levantar la cabeza, estar alerta para no nos sorprendan los vicios, el libertinaje y la embriagues (que en este tiempo suelen confundirse con "posadas"), mejor aún Jesucristo nos invita "Velen y Oren continuamente" para que podamos escapar de estas trampas.
Para iniciar convenientemente este tiempo litúrgico, es importante estar en estado de gracia, es decir, confesarse, asistir a Misa y poder comulgar a Cristo en la Eucaristía, de manera si tienes semanas, meses o años sin confesarte, este sería un buen inicio, sí yo lo sé, confesarse da un poco de pena porque en una confesión contamos nuestras miserias en lugar de hazañas o de proesas. Pero cuando el Sacerdote te da la absolución, es Cristo quien cambia tus miserias por Su Misericordia. Pero No por favor, no es buena idea eso de confesarte con un árbol o "directamente con Dios", mejor date a la tarea de investigar cómo hacer un acto de contrición y de buscar un buen sacerdote para confesarte.
Si tu situación actual te impide acercarte a la Eucaristía, mientras trabajas para resolverla puedes asistir a Misa y hacer una comunión espiritual.
Antífona: El Señor nos mostrará su misericordia y nuestra tierra producirá su fruto.
"Dulce Madre tu vista de nosotros no apartes,
ven con nosotros a todas partes y solos
nunca nos dejes, ya que nos proteges tanto
como verdadera madre, haz que nos bendiga
el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo". Amén