Cuaresma: "Iesu, mitis et humilis corde, fac cor meum sicut tuum". "Jesús, manso y humilde de corazón. haz mi corazón semejante al tuyo" Mt. 11,29.
Viernes V de cuaresma: "Hijo, he allí a tu Madre María, Mujer de dolores"
Del santo Evangelio según san Juan: 19,25-27
- María, la Madre de Dios, es la nueva Eva. Eva la no obediente. María la obediente, confiando en las palabras de Dios desde el principio al decir "FIAT"= HÁGASE.
- María, asociada al dolor de la pasión de Cristo, sufriendo con su hijo.
- María, su martirio está solo por debajo del de Cristo, aunque sin una sola herida en su cuerpo, su corazón destrozado, traspasado por dolorosas espadas.
- María, mujer que nos muestra que debemos estar "al pie de la cruz", es decir, compadeciéndonos de los que sufren, de los que lloran, de las almas víctimas. Y más en estos tiempos donde muchos hijos han sido asesinados o separados violentamente de su madre y no se ha sabido de ellos.
- María, a quien Cristo honra desde la cruz con sentimiento humano, para enseñarnos cómo lo debemos hacer los hijos con nuestros padres.
- María, Madre de Dios, entregada a los cristianos, por Cristo, desde la cruz, como madre nuestra y Juan recibiéndola en nuestra representación.
Está claro que no podemos evitar el sufrimiento: una enfermedad nuestra o de un familiar, la muerte de un ser querido o un amigo, una separación matrimonial, reflexionar sobre los bebes abortados, las mujeres violentadas, la víctimas de la guerra, personas que mueren de ambre o de frío, etc.
María, La Santísima Madre de Dios, se nos da conocer de manera especial, hoy en el evangelio de San Juan, como la Mujer de dolores, que a pesar del sufrimiento, acepta la voluntad de Dios y se une a su pasión dolorosa, acompañándole y confortándole en su misión.
Si tu estás pasando por una situación dolorosa, NO ESTÉS SOLO HIJO DE MARÍA, acércate a tu madre adoptiva. Nadie mejor que ella para comprender tu angustia. Te puedo asegurar que estando a su lado, encontrarás en su presencia, la forma de terminar con ese dolor o a menos de sobre llevarlo. María es un camino sencillo para llegar a la unión y permanencia con Cristo, que es donde los cristianos encontramos la perfección, es decir, la santidad.
NO TENGAS MIEDO DE RECIBIR A CRISTO CRUCIFICADO
Y MENOS DE RECIBIR A MARÍA COMO SU MADRE.
SECUENCIA: Esta secuencia es opcional tanto en su forma larga como en su forma breve, desde * ¡Oh dulce fuente de amor!
La Madre piadosa estaba
junto a la cruz, y lloraba
mientras el Hijo pendía,
cuya alma triste y llorosa,
traspasada y dolorosa,
fiero cuchillo tenía.
Oh, cuán triste y afligida
se vió la Madre escogida
de tantos tormentos llena
cuando triste contemplaba,
y dolorosa miraba,
del Hijo la pena.
¿Y cuál hombre no llorara
si a la Madre contemplara
de Cristo, en tanto dolor?
¿Y quién no se entristeciera,
piadosa Madre, si os viera,
sujeta a tanto rigor?
Por los pecados del mundo
vió a Jesús en tan profundo
tormento la dulce María,
y muriendo al Hijo amado
que rindió desamparado
el espíritu a su Padre.
Oh Madre, fuente de amor
hazme sentir tu dolor
para que llore contigo.
Y que por mi Cristo amado
mi corazón abrasado
más viva en Él que conmigo.
Y porque a amarte me anime
en mi corazón imprime
las llagas que tuvo en sí;
y de tu Hijo, Señora,
divide conmigo ahora
las que padeció por mí.
Hazme contigo llorar,
y de veras lastimar
de sus penas mientras vivo:
porque acompañar deseo
en la cruz, donde le veo,
tu Corazón compasivo.
Virgen de vírgenes santas,
llore yo con ansias tantas,
que el llanto dulce me sea;
porque su Pasión y Muerte
tenga mi alma de suerte
que siempre sus penas vea.
Haz que su cruz me enamore,
Y que en ella viva y more,
De mi fe y amor indicio;
porque me inflame y me encienda
y contigo me defienda
en el día del juicio.
Haz que me ampare la muerte
de Cristo, cuando en tan fuerte
trance vida y alma estén;
para que cuando quede en calma
el cuerpo, vaya mi alma
a su eterna gloria.
Amén.