ADVENITUS REDEMPTORIS. "y EL VERBO de hizo carne y habitó entre nosotros..." Jn 1, 14.
Jueves II de Adviento: ¡La gracia de Dios, sublime nivel!
Primero Cristo dice que Juan es el más grande, pero luego dice que el más pequeño en el reino de los cielos es más grande que él, y ¿cómo así?, ¿cómo está eso?, vamos a ver:
Lo que pasa es que Juan y todos los profetas que vivieron antes que él, tuvieron el favor de Dios por su esfuerzo, por su voluntad ferrea, por vencerse a si mismos, por su fe. Esto representaría digamos como un "nivel en el camino a la salvación". Ahora bien, una vez que vino Cristo, Él mismo comunicó que hay que seguir esforzándose por el reino de Dios, pero nos trajo otro nivel, el más sublime, LA GRACIA DE DIOS.
Por lo tanto, el nivel de Juan el Bautista, es el del puro esfuerzo, pero el nivel de Cristo es el nivel de la DONACIÓN, de recibir LA GRACIA, GRACIA que nos transforma, porque si te acercas a Cristo la lucha sigue, pero ya no luchas tu solo, es Cristo quien lucha en ti y por ti, y por mi.
Y esta DONACIÓN es la clave, porqué:
- ¿De que te sirve saber de memoria el Santo Rosario completito, si, apenas que terminas de rezarlo comienzas a difamar y hablar mal de la gente?
- ¿De qué te sirve ser el mejor estudiante de la carrera, si usas este conocimiento para enaltecer tu orgullo, para humillar y para abusar de los que no conocen?
- ¿De qué te sirve llegar a un puesto alto en tu trabajo, en la política, en tu grupo, si lo obtuviste con trampas, corrupción y tráfico de influencias?
- ¿De qué te sirve tener hijos si los abortas o no te haces responsable de ellos?
a Ti que has recibido de Dios el poder
y la misión de aplastar la cabeza de Satanás,
pedimos humildemente que envíes legiones celestiales
para que, bajo Tus ordenes, persigan a los demonios,
los combatan por todas partes, repriman su audacia
y los precipiten en los abismos.
Quien como Dios?
!Oh buena y tierna Madre,
siempre serás nuestro amor y nuestra esperanza!
!Oh Divina Madre,
envia a los Santos Ángeles para defenderme,
y aleja de mi al cruel enemigo!
Santos Ángeles y Arcángeles defendednos y guardadnos.
Amén.