Mensaje de cuaresma día 19. domingo 07.03.2021
Antífona: Cuando manifieste en medio de ustedes mi santidad, los reuniré de todos los países; derramaré sobre ustedes agua pura y quedarán purificados de todos sus pecados, y les infundiré un espíritu nuevo, dice el Señor.
Queridos hermanos y hermanas en Cristo: El amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones con el Espíritu Santo que se nos ha dado. Así sea.
En este domingo entramos a la III semana de cuaresma y en la primera lectura Del libro del Éxodo: 20, 1-17, Dios le da a Moisés los 10 mandamientos y la Ley mosaica, en donde el Señor hace del conocimiento de su pueblo de Israel, la forma en que quiere que se le rinda culto. En el Antiguo Testamento, el templo era el lugar de encuentro sublime con Dios. Ahora nosotros los Cristianos Católicos, sabemos que el lugar sublime de encuentro con Dios no es en el Templo físico, sino en la persona de Cristo, en la Eucaristía, que mora en los sagrarios de los templos.
En el Evangelio de hoy, según san Juan: 2, 13-25, podemos reflexionar que una de las palabras clave de esta cuaresma es la "purificación", En nuestros días está muy de moda esta palabra, que mucha gente la dice, pero pocos la usan, se habla de hacer un "detox", un "reset", un "reinicio", que son palabras para decir que vamos a sacar del cuerpo y del alma nuestras toxinas, lo que nos daña. Aquel templo, inicialmente construido para el culto a Dios, ahora era utilizado para hacer negocios, como un tianguis, porque al Templo no podía entrar el dinero pagano de los romanos, entonces los "cambistas lo canjeaban por dinero que sí podía entrar en el templo y en el canje, robaban, como ahora en algunas casas de cambio de dólares y con eso compraban animales para el sacrificio a Dios. Pues "afigurate" tu que Cristo se dió una enojada terrible al ver cómo profanaban la "casa de Su Padre" (así como pasa hoy con los que comulgan sin haberse confesado o estando peleados con un familiar o están a favor del aborto, como los que están criticando, comiendo, revisando o contestando su celular durante la Misa) y entonces decidió hacer un "detox" al lugar Santo.
Dios quiere que todos los "detox" de nuestra vida sucedan de buena manera, pero No siempre es así, mi mamá dice; "hijito: a la piedra, hay que darle con el martillo pa´ que afloje" todos los cambios suceden por las buenas. así San Pablo, que no se anda con rodeos y en su primera carta corintios: 1,22-25, el apóstol no predica a un Dios milagroso o sabio, no le habla al pueblo con palabras dulces e hipócritas para no herir su corazón. Predica a Cristo crucificado "escándalo para los judíos, (como ahora cuando solo esperamos bendiciones de Dios) y locura para los paganos (como esos ateos que dentro o fuera de la iglesia, no pueden entender que Cristo ofreció su vida al Padre y por nuestra salvación cargó con nuestros pecados).
Sí, te entiendo porque a mi tambien me pasa, es que hay cosas o situaciones del Evangelio o de la iglesia: que nos molestan, que nos caen como patada de mula en el estómago, que nos dan flojera, que nos dan pena, que no estamos de acuerdo. Pero es que, lo mismo sentirías tú si un día voy invitado a tu casa y apenas entro; dejo abierta la puerta y las llaves del agua, abro el refrigerador y me tomo lo que hay allí, enciendo la TV y todas las luces y las dejo encendidas aun siendo de día. ¿Cómo te sentirías?, ¿Qué me dirías?, ¿Qué harías conmigo?. Pues es lo mismo que sintió Cristo a ver a toda la gente "pasándose de lanza" y él soporta demasiado de ti y de mi, tanto que a veces le colmamos la paciencia y se enoja mucho. Seguramente tu me reclamarías por lo que hice y no querrías volver a verme o mínimo, ya no me invitarías a tu casa. Cristo es como tu mamá y la mía; que se enoja, nos reclama y nos castiga para hacernos entender, pero es tanto su amor por nosotros que nos acepta de nuevo, que nos cuida, que nos protege y que nunca nos abandonaría.
Pidamos queridos hermanos y hermanas a Dios, que arranque de lo profundo de nuestras entrañas este corazón de piedra y por medio de uno o varios "detox", lo convierta en uno de carne, semejante al suyo. Amén.
ORACIÓN A SANTA MARIA(L. de Grandmaison)
Santa María, Madre de Dios,
consérvame un corazón de niño,
puro y cristalino como una fuente.
Dame un corazón sencillo
que no saboree las tristezas;
un corazón grande para entregarse,
tierno en la compasión;
un corazón fiel y generoso
que no olvide ningún bien
ni guarde rencor por ningún mal.
Fórmame un corazón manso y humilde,
amante sin pedir retorno,
gozoso al desaparecer
en otro corazón ante tu divino Hijo;
un corazón grande e indomable
que con ninguna ingratitud se cierre,
que con ninguna indiferencia se canse;
un corazón atormentado por la gloria de Jesucristo,