ADVENITUS REDEMPTORIS. "y EL VERBO de hizo carne y habitó entre nosotros..." Jn 1, 14.
Miércoles II de Adviento: ¡Ave María Purísima: Sin pecado original concebida!
Del santo Evangelio según san Lucas: 1, 26-38
Estamos celebrando la solemnidad de la Inmaculada Concepción de La Santísima Virgen María y en una de las letanías dice el guía: "Reina concebida sin pecado original" y contestamos: "Ruega por nosotros".
Los Católicos decimos que la Santísima Virgen María fue concebida sin pecado original, y esto no es solo un capricho de nuestra iglesia, es porque Dios lo mandó cuando se presentó ante Ella el ángel Gabriel y le dijo: "Alégrate, llena de gracia, el Señor está contigo". Nosotros, cuando recibimos el bautismo o la absolución en la Confesión, quedamos en "estado de gracia", pero apenas y cometemos un pecado, la perdemos, la Virgen María es la siempre llena de gracia, es decir, nunca pecó, y esto es así, porque a Dios le conviene que así sea. Porque Dios no puede morar en donde haya siquiera una machita de pecado. Por ejemplo: Cuando Dios le pidió a Moisés hacer el Arca de la Alianza, fue porque allí moraba Dios, y le indicó que debía utilizar solo oro y madera de la más alta calidad. Cuando enterraron a Cristo después de bajarlo de la Cruz, lo enterraron en una tumba nueva que nunca antes había sido utilizada. Entonces ¿cómo iba Dios Padre a permitir que Su Hijo naciera manchado por el pecado?
Ahora bien, digamos que tienes un problema, que por más que te has esforzado no te resuelven, y de pronto te enteras que el encargado de resolverte el trámite es el hijo de una muy buena amiga tuya, tu sabes que tu amiga es amada, respetada y escuchada por su hijo. Las preguntas son ¿Seguirías esperando a que te resuelvan tu problema por la vía oficial?, o ¿pedirías ayuda a tu amiga, que sabes que con solo pedirle, sería inmediatamente su hijo atendida por su hijo y tu problema resuelto?
Pues, este caso es similar, tú pides a Dios y estas en "estado de gracia", pero después comentes pecado y ya no, no porque Dios sea malo, sino porque tu te has apartado de Él. Pero en cambio, La Santísima Virgen María, La Theotokos, es decir, la Madre de Dios, siempre llena de gracia, siempre amada y escuchada por Cristo, te lleva por vía corta a la presencia de Cristo y te alcanza lo que pides, si es voluntad de Dios.
¿Quieres experimentar el gran amor de la Santa Madre de Dios, como si fueras Juan el discípulo amado o San Juan Diego? Pues en este tiempo de Adviento, acércate a la Santísima Virgen María, pídele por tus necesidades y dale gracias por las veces que ha pedido a Cristo por ti sin que se lo pidas, porque alguien más se lo pidió a ella en tu nombre, y ya lo verás.
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios mi Salvador,
porque ha mirado la humildad de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones
porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí.
Su nombre es Santo y su misericordia
llega a sus fieles de generación en generación.
Él hace proezas con su brazo,
dispersa a los soberbios de corazón.
Derriba del trono a los poderosos
y enaltece a los humildes.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos despide vacíos.
Auxilia a Israel su siervo, acordándose
de su santa alianza según lo había prometido
a nuestros padres en favor de Abrahán
y su descendencia por siempre.
Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo
como era en un principio, ahora y siempre,
por los siglos de los siglos.
Amén.